Sábado 22h30, TCM, empieza el documental «Casting by«…
Decido quedarme y tiene mérito dado mi exiguo sueño (recuerden que tengo un bebé) y, digo más, decido ¡tomar apuntes!… Qué sacrificao/entretenío es un blog, por favor!
Desplegando una gran generosidad voy a compartir con el mundo lo visto y oído (sin duda ser madre te hace mejor persona si no de qué…).
A saber:
Primer planazo, Scorsese (siempre me lío, un apellido con tantas eses no es de rigor Martin, ten en cuenta que hace más de 19 meses que no duermo de un tirón…) y dice:
El 90% del trabajo del director es tener el casting correcto
Y a partir de ahí un desfile de estrellas y también actores desconocidos hablando, sobre todo, de la mujer que cambió la Historia de la dirección de casting en una ciudad de sueños filmados, Nueva York… Marion Dougherty.
En 1947, siendo escaparatista, un amigo de la Universidad le hace un contrato de asistente para el serial Kraft… A los 4 meses ya se hacía cargo ella y lo hacía con una premisa: pensaba que los actores que estaban haciendo teatro eran muy diferentes y preferibles al gran sistema de Hollywood.
¿Y cuál era ese gran e imperante sistema? Los grandes estudios tenían en nómina a los actores (sí, sí… nómina y actores en la misma frase, nada de eventualidades, bolos itinerantes, inseguridades de fin de més…) y el departamento de casting únicamente se limitaba a la organización y gestión de listas de ellos. Los interpretes eran contratados por su aspecto físico para definir personajes y, luego -atención- les enseñaban a actuar…
[Nos suena, no? De unos años a esta parte mucho revuelo hay con que se está haciendo eso mismo: se escoje a gente que haga de ella misma y si no entiende de interpretación no importa, ya irá cogiendo qué es ‘eso de actuar‘ con la práctica. Una buena amiga de años -2ª ayudante de dirección en largometrajes- lo sufre en sus carnes morenas, sus andanzas se merecerían un apartado entero de post humorísticos/reales como la vida misma… Pero de hecho muchas estrellas de los 80 y 90 también venían de ahí: gente que se enrolaba en proyectos y que sólo tras una larguíiiiisima trayectoria, se han convertido en actores, unos mejores y otros peores, pero eran tiempos de los pioneros del sector y no nos vamos a poner finos ahora. Sólo recordar lo que me dijo una vez el director de fotografía Porfirio Enríquez «Popi», del que fui meritoria de cámara en mi primera peli en Madrid: «amiguetes con coche» refiriéndose a que si eras amigo de alguien y tenías coche… hacías cine en este país. Me parto.
En realidad hay que admitir que, en la mayoría de ocasiones, eso se hace con gente muy joven o con un papel muy particular. En el primero de los casos, algunos no han tenido tanta trayectoria vital para formarse en profundidad y en ambos, en última instancia, se puede recurrir a un Coach. Se está volviendo cada vez más común contar con un@. Y no lo digo por nada. Admito que no me importaría probar esa nueva figura profesional dentro del plató: no creo decir una irreverencia o que no venga a cuento, conozco como la palma de mi mano la dinámica del set (y del funcionamiento interno de equipos que están tan ligados al actor como dirección, cámara y vestuario) desde antes de acabar la facultad y, a la vez desde hace unos años, también la técnica interpretativa desde dentro (análisis de texto, creación del personaje… y el largo etc que ya sabemos). Y después de este momento de autopromoción gratuito, a lo que íbamos, que me pierdo.]
Hay que entender el procedimiento de aquella época: como se decía en el documental eran movie stars, no actores. Hacía la similitud porque cada estudio tenía una pequeña escuela de interpretación, danza, y otras disciplinas, de la que daba socarrón testimonio Clint Eastwod, ya que además de oscars por dirección y fama de duro castigador por sus papeles, tiene más años que las pesetas y se vio en esas tesituras de talento contractual… y danza aplicada. Lo que hubieran pagado muchos por verlo!
De Marion dijeron cosas como «ella veía lo que la gente no veía» y también ella misma contaba su forma de ver la selección de un reparto:
- «Lo más importante de un director de casting es que quiera a los actores y se interese por ellos»
- «Fue una época de aparición de nuevos directores, nuevos escritores… todos estábamos aprendiendo el oficio»
- «Siempre he sido visceral… y ha funcionado muy bien por suerte»
En esos comienzos del asesoramiento para buscar al actor adecuado ni siquiera la ponían en los títulos de crédito a pesar de llevar ya 8 años trabajando. Dio a muchos actores importantes su primer trabajo. Bette Midler contaba cómo consiguió dinero para sobrevivir gracias a la primera oportunidad que le ella le dio, incluso Jon Voight (ésta es la ficha que hizo de él, escribía a mano lo que le motivaba de ellos, cosas que llamaban su atención para después aplicarlo a posibles personajes).
Para ella el aspecto era secundario, lo importante era tener chispa y talento. Charlaba con ellos, le interesaban, les preguntaba donde actuaban. Sabía hasta donde podían llegar los actores, hacía castings y pruebas atípicas, y no sólo se quedaba en si habían hecho una mala audición, entendía el potencial. Era una mujer que en tiempos de cambios tomaba el control y las riendas…
El sindicato de directores se quejó la primera vez que salió en unos créditos. No querían (ni siquiera ahora) que se denominasen ‘directores’ porque abogan que no lo son, que hay un único Director en un set. Para ellos, sólo ayudan en el proyecto. Pero es que ella llegó a ser el centro del negocio del cine con su influencia y su punto de vista particular…
Llegan los ’50 y la dinámica del sistema de estudios se desmoronaba definitivamente, así que liberados de su papel de oficinistas, los directores de casting comienzan a abrir sus propias Agencias independientes….