«Mi lerdismo de principios del blogueo no llegaba a conocer el paradero de eso que es Exportar entradas así que van a ver todas las primeras de este blog (que pertenecen a anteriores bitácoras remontadas a una selección desde 2008) con las mismas fechas y, por ende, con este cartelito testigo de mi ignorancia… En el pecado llevas pues la penitencia. Mea culpa. A sus pies»
Ese actor universal, ese prototipo español «calvo, bajito, cabreado y con bigote» que era Jose Luis López Vázquez, tan alejado del ser tímido, romántico y amante del arte y la cultura que escondía en su interior.
Y el gran tragicómico aún guardaba mucho más: durante los ’50 y ’60 brilló como figurinista y dibujante (Don Juan Tenorio, La Dama Duende, La celestina, Bodas de sangre).
Aunque desde los ’40 empezó a combinar esa faceta con la de actor…
Saber que alguien de la talla interpretativa de López Vázquez siguió una trayectoria quizás parecida a la mía me reconforta de algún modo: de detrás de la cámara a ponerse delante y aguantar.
Aguantar y rendirla como sólo él sabía hacerlo.
Ójala este descubrimiento me ayude a seguir y tener aunque sea la mitad de esa mirada profunda que tenía Jose Luís, observador minucioso y detallista que le convirtió en ese gran creador… un ser genial.
Aunque él se considerase… tan poquita cosa.
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