Definición de casting que emplea Jaume Melendres (director de escena, escritor y director de la sección de Dirección y Dramartugia del Institut) en su libro «La dirección de los actores. Diccionario mínimo«:
«… el cásting se ha convertido en un ritual destinado -casi siempre- a elevar el prestigio de la producción, o a demostrar la superioridad de los directores de escena sobre los actores y, subsidiariamente, la de los directores de cásting. (…) La práctica actual del cásting se sustenta en el principio de la ‘igualdad de oportunidades’, un principio sin duda defendible en un sistema democrático, pero que -en manos de personas más interesadas por la economía que por el arte- da lugar a pequeñas o grandes corruptelas que tienen, eso sí, la virtud de ser siempre indemostrables. Un verdadero director de cásting no deberá ser la persona capaz de convocar por teléfono a todos quienes están dispuestos a someterse a la tortura de un examen grotesco, sino alguien que gracias a un seguimiento constante de los actores y de las actrices, y sobre la base de conocimientos reales en el arte de la interpretación, proporcionase a los directores de teatro, de cine o de televisión, un listado muy reducido de nombres adecuados para interpretar un personaje determinado y proponer, para cada uno de estos actores, una prueba específica basada en la correspondencia entre determinadas capacidades profesionales y deteminadas singularidades del personaje. El término castellano «audición» se ha vuelto totalmente obsoleto porque proviene de una época en la que las pruebas a los actores se basaban en el examen de sus capacidades elocutivas, mientras que hoy se centran sobre todo en le mero examen del perfil corporal.»
